martes, 23 de agosto de 2011

Criminalística


A PROPOSITO DE LAS LLUVIAS

                Los últimos días han sido de angustias para los habitantes de nuestro país,  las  continuas lluvias no hacen más que remover en nuestros pensamientos  los recuerdos de aquella tragedia del año  1999,  un acontecimiento que sin duda marcó para siempre a los ciudadanos y ciudadanas del Estado Vargas

                Fue una gran catástrofe, con un gran número de fallecidos y desaparecidos que hasta la fecha no han sido posible cuantificar. Pero como logró el CICPC identificar a tantos fallecidos, cuyos cuerpos estaban prácticamente irreconocibles, mutilados y días después, en estado avanzado de descomposición. Todo fue posible gracias a los procedimientos de identificación NO RUTINARIA.

                La identificación no rutinaria, son una serie de procedimientos que se aplican cuando es imposible realizar la identificación policial.  Debemos recordar que actualmente como sistema de identificación  en Venezuela utilizamos  las impresiones dactilares de cada individuo, cuando nace un niño todavía no tiene desarrollada los pliegues de las manos, por lo tanto se toman  las impresiones de las plantas de los pies del bebe (Podograma).

                Ahora bien,  durante la tragedia de Vargas, en el año 1999,  muchos cuerpos llegaron a la morgue que se improvisó en los hangares de PDVSA del Aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía, mutilados y en estado avanzado de descomposición, lo que hacía imposible tomar las huellas dactilares,  motivo por el cual fueron convocados, Antropólogos Forenses, Odontólogos Forenses, y una serie de expertos en Criminalísticas. 

                Lo primero eran  hacer una encuesta donde se incluían datos de las  personales de los desaparecidos,  haciendo referencia a los rasgos físicos y como se encontraban vestidos la última vez que fueron vistos,  se tomaban las necrodáctilias a fin de hacer la identificación de los mismos, si el cadáver estaba descompuesto se le amputaban  ambas manos y se realizaba una activación de pulpejos dactilares, si estaba mutilado intervenían los odontólogos forense quienes realizaban un odontograma (descripción de la piezas dentales) y este era comparado con los odontogramas que aportaran los familiares de las personas desaparecidas,  así mimos los forenses  estaban atentos a cualquier lesión antigua, cicatriz, tatuaje, deformidades o estigmas ocupacionales en los cadáveres, ya que esto constituía una forma de individualizar a una persona,

Por ejemplo un ciudadano que está desaparecido y tiene un control con un odontólogo, el CICPC busca la ficha odontológica y la entrega al odontólogo forense quien hace comparación con los cadáveres sin identificar  si la comparación es positiva, se logra identificar el cadáver,  de igual manera si tenemos una historia clínica que refleja una operación quirúrgica por una factura donde al paciente le colocaron una prótesis o un clavo en determinada extremidad,  al realizar la inspección del cadáver y la autopsia de ley, el Médico  Forense  busca  este elemento en el lugar que fue implantado.

Hay profesiones  o actividades que producen ciertas transformaciones en el cuerpo humano, imaginemos un pitcher de beisbol y veremos cómo su brazo de lanzar presenta cierta asimetría,  o un jockey presenta en sus piernas una especie de arco,  cuando los familiares aportan estos datos, el forense busca las características que puedan identificarlo.

Otro disciplina  significativa para la identificación de cadáveres, osamentas y restos óseos  es la antropología forense, que estudia las características  somática  osteológicas y antropométricas que permiten identificar a individuos  involucrados en casos legales.

Actualmente tenemos como técnica de identificación más novedosa el ADN,  pero tardarán años, muchas luchas e inversiones para poder tener un banco de datos  con todos los registro de ADN de cada Venezolano o persona que habite este hermoso país, por los momentos solo esperamos que deje de llover y no tener que vivir la amarga experiencia del año 1999, cuando Vargas quedo bajo las aguas.

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