jueves, 21 de julio de 2011

ANALISIS DE TRAZAS DE DISPAROS

EL    A. T. D

                La Criminalística necesita de métodos de certeza para poder obtener una  evidencia contundente e irrefutable cuando se presente el debate judicial,   el CICPC como  órgano por excelencia en la investigación criminal en  Venezuela ha evolucionado  a medida que la ciencia y la tecnología  evolucionan.
                En la entrega pasada escribimos acerca de las armas de fuego como fuente de evidencias en la pesquisa policial, es precisamente en el momento de accionar el arma, cuando  una serie de elementos químicos invisibles  al ojo humano, se desprenden y se fijan a la mano del tirador.
                Antiguamente el detective de la PTJ (antiguo nombre del CICPC), cuando tenía un sospechoso de haber disparado un Arma de fuego aplicaban una técnica llamada “guantelete de parafina” que apareció en 1914 para recuperar de la piel los nitratos  de la pólvora originados  en el disparo de un arma de fuego.  Era muy común visitar la sala técnica de la antigua PTJ  y observar  a los funcionarios derritiendo parafina,  para luego colocarla a los sospechosos sobre la mano y la cara lateral de los dedos, luego colocaría gasa para reforzar  la consistencia, al final se tenía un guantelete. 
Este procedimiento tenía un problema que reaccionaba  con cualquier sustancia nitrogenada,  en muchas oportunidades personas que manipulaban  fertilizantes daban positivos al guantelete de parafina, por lo tanto solo servía de orientación  a la investigación, sin contar que  muchas veces ocasionaban quemaduras a las manos de la persona a quien se le aplicaba.
                Con el avance de la ciencia,  apareció el microscopio  electrónico de barrido, donde se pueden observar  forma Tamaño y brillo de residuos,  esto  resultó en que ya no vamos a buscar solamente el nitrógeno de la pólvora, sino los componentes químicos del fulminante. En la mayoría de las municiones que son fabricadas en  el hemisferio occidental, tienen un patrón común en la elaboración de los fulminantes,  siempre vamos a tener una composición química  estándar presente:  Si una persona  efectúa un disparo el fulminante desprende una llamarada para que la pólvora se queme y produzca los gases que necesita el proyectil para ser expulsado por el cañón, los componentes del fulminante se van a dispersar en forma de nube y se van a incrustar en las manos de la persona que manipuló el arma
                Una vez teniendo al sospechoso se le aplica sobre la superficie de la mano y palmas  unos pines  especiales  a los cuales se adhieren  las partículas  o trazas componentes del fulminante, estas muestras  son enviadas al laboratorio Central del CICPC y luego de un análisis microscópico, si se encuentran presentes los elementos químicos: Plomo (Pb) Bario (Ba) y Antimonio (SB), se puede decir con certeza que esa persona disparó.  Esta técnica  es precisa  y no causa ningún trauma o lesión a las personas a quién se le toma la muestra, en muchas partes de Venezuela,  aun no se cuenta con  Un Microscopio Electrónico de Barrido o de un microscopio Electrónico de presión  Variable, equipado con un espectrómetro de energía dispersiva por Rayos X;  necesario para realizar esta experticia, por lo cual  dependemos de la capital y su congestionado laboratorio  para realizar esta prueba, que bueno sería contar con un laboratorio en nuestra región  dotado con todos estos instrumentos de última generación en la lucha científica contra el crimen y tener a la mano en tiempo real todos los elementos criminalísticos que  culpe o exculpen a una persona
                El 16 de Julio se celebró el día de la virgen del Carmen, patrona de los policías.  En todo el país se realizaran actos tales como misa, ofrendas florales e izamiento de la bandera,  debemos recordar que solo cambiamos el nombre, pero el espíritu de la investigación permanece intacto como hace 56 años cuando se creó la PTJ, conocida popularmente como “La Judicial”.  Vaya  una Felicitaciones a todos los integrantes del CICPC   y que sigan los éxitos en la investigación criminal


miércoles, 6 de julio de 2011

Criminalistica

Ver imagen en tamaño completoLA PUTREFACCION

Quizás es la parte más incómoda para el investigador  y el médico forense,  inspeccionar un cadáver en estado de putrefacción,  por ello con todos los elementos desagradables que se puedan presentar no deja de ser importante determinar tiempo y causa de la muerte,  como ya sabemos todo va a variar dependiendo del clima y las mismas causas del hecho. 
En nuestro Estado Vargas con un clima mayormente caluroso, facilita la descomposición del cadáver, ¿pero que es entonces la putrefacción?, científicamente hablando  es el conjunto de cambios químicos que sufre la materia albuminoideas con producción de gases  pútridos, es decir la desintegración de la materia orgánica por acción de ciertos microbios: su signo es la llamada “mancha verde” que aparece en la fosa  ilíaca derecha, la hinchazón  y la fetidez característica,  se puede iniciar  a las 18 horas y alcanza su proceso total a la semana, pero debemos  insistir depende de factores  exógenos y endógenos.  Los primeros por la temperatura y el medio donde se encuentra el cuerpo y la segunda por los parásitos y las bacterias intestinales.
Si el cadáver de una persona, está en un clima frio, como puede ser un páramo en el Estado  Mérida es más lento el proceso, si al cuerpo se le suministró gran cantidad de antibióticos esto retarda más el proceso de putrefacción,  es importante para los investigadores y el médico forense del CICPC observar esta serie de detalles para llegar a una data aproximada, cuando el proceso está más avanzado, digamos una semana,  nos detenemos a observar la fauna cadavérica,  las moscas y otros insectos colocan sus huevos en el cadáver, estos se desarrollan, nacen las larvas;  estudiando el ciclo de desarrollo de la larva a insecto, también tenemos un aproximado de la fecha posible de la muerte,  por lo general los insectos tienen un ciclo de vida muy corto.
Las causas de la muerte, se establece con la necropsia de ley.  Debido a la descomposición del cadáver es muy difícil en el sitio del suceso detallar heridas propias del hecho que ocasionó la muerte, y existiendo otro factor como lo es la acción de la fauna del lugar (roedores; mamíferos y aves carroñeras) se pueden observar heridas que en un momento pueden confundir al investigador,  pero luego de un análisis del patólogo forense en la morgue,  se determina que son heridas posterior a la muerte causada por algún animal.
Ha sucedido en varias ocasiones que localizan muertas, personas denunciadas como desaparecidas, en el sitio del suceso los investigadores del CICPC observan heridas, presumiblemente de armas blancas o contundentes e inclusive armas de fuego,  cuando se hace la autopsia, se observa que la causa fue un infarto o cirrosis hepática   y las heridas fueron producidas por  animales de diferentes clases y tamaños.
Finalmente  existe otro proceso que es  la momificación,  que se produce en suelo arenoso seco, temperatura alta, el cadáver pierde agua, se diseca hasta que se momifica, retardando o anulando  la putrefacción,  los envenenamientos por arsénico y antimonio favorecen la momificación, la piel desecada tiene  el aspecto de cuero seco y rígido, los órganos pierden volumen, Cuando solo tenemos restos óseos, acudiremos a los expertos, antropólogo forense o el odontólogo forense y demás profesionales quienes aplican todos sus conocimientos para llegar a establecer identificación,  fecha y causas de la muerte,   es decir la identificación “no rutinaria”  pero este  tema lo trataremos en  futuras entregas.